ARTE Y PENSAMIENTO CRÍTICO (II de Serie)
El arte debe ser el torno donde se moldea la naturaleza y más específicamente la sociedad. No puede ser arte toda expresión seudo artística que no tenga como fin cambiar el status quo social, de ahí que toda expresión que envuelva la literatura, la pintura y la música y no intente romper con el estado deplorable de la "Condición Humana" no pasa de ser panfleterismo esclavizante.
Escribir para quién, para qué? esas son las preguntas que forman el corazón de mis escritos. Escribo para quienes pocos escriben, para el pueblo, escribo para que el pueblo se libere de la ignominiosa sociedad donde el sistema explotador nos obiga a vivir. Una cosa es escribir para vivir que vivir para escribir, el verdadero artista jamás ha pensado en hacer negocio de su arte, de ahí que muchos son conocidos mucho después de su presencia física en este mundo para ser admirados y estudiados por eternidades.
Cada revolucionario en la historia de la humanidad ha llevado en su mochila combatiente el pensamiento artístico de grandes hombres que como Cristo, Marx, Lenin, Martí, Bolívar, Fidel, "Ché" Entre muchos más, aprendieron de sus antecesores y comprendieron que sólo llevando a la práctica el "Arte Revolucionario" se hace posible el triunfo de la revolución.
Cristo no fuera Cristo si no hubiera existido un Moisés, ni Marx fuera Marx si sus antecesores no hubieran escrito la Tora que es donde se encuentran las bases fundamentales del Manifiesto del Partido Comunista de 1848. Fidel no fuera Fidel si no llevara en su corazón y en su brillante mente, los pensamientos liberadores de José Martí, ni Lenin fuera Lenin si el pensamiento de Tolstoi, Dostoiewki, Maiakoski y Marx no hubieran iluminado las vaguadas bolcheviques. Así, en las artes plásticas tenemos que aprender de Picasso en su Guernica, tenemos que estudiar a Degas, Delacroix, Monnet, Greco, Renoir y los otros grandes pintores y pintoras que la Historia del Arte nos pueda ofrecer. No podemos seguir siendo líricos y romanticistas describiendo montañas cubiertas de flores y sembradíos vegetales cuando bien sabemos de sobra que la industria imperialista ha convertido a África en un inmenso desierto y que nuestras montañas latinoamericanas, nuestro suelo, subsuelo y atmósfera están siendo destruidos por los enemigos de la humanidad, tenemos que martillar sin descanso sobre la importancia y necesidad de la relación simbiótica: hombre-naturaleza y la denuncia permanente contra los destructores del medio ambiente.
Cuando estudio a Roque y a Vallejos, La Ventana en el Rostro y los Heraldos Negros, no puedo esperar que me tiren flores por mis escritos, como no puedo esperar que el Opus Dei me canonice por llamar a la iglesia a ponerse al servicio del pueblo y no el pueblo al servicio de la iglesia. Cuando atiendo la presentación de Rigolleto de Giuseppe Verdi o escucho a Víctor Jara, los Guaraguaos, Los Mejía Godoy, Lloviznando Canto, La Nueva Trova, o leo a John Steinback (Grape of Wrath-Uvas de la Amargura), Martín Fierro, Nicolás Guillen (Sóngoro Consongo), Withman (Leaves of Grass) , el Viejo y el Mar de Hemingway, El Proceso de Franz Kafka, El Llano en Llamas de Rulfo, el Canto General de Neruda, La Pedagogía de Oprimido de Paulo Freire no puedo más que escribir críticamente, si no fuera así, mejor me convertiría en un plumífero articulero mercantilista de editoriales anti semánticos cuyo único propósito es defender el oprobio criminal de la clase dominante.
Paul Fortis
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