Mientras los viejos partidos se disgregan el Mov. Libres del Sur emerge fortalecido.
Es significativo ver como la mayoría de los grandes o viejos partidos políticos preexistentes a la crisis del 19 y 20 de diciembre de 2001, han entrado en un franco proceso de deterioro e irrepresentantividad, catalogados por muchos de los que fueron sus miembros, como corresponsables -por acción u omisión- de la profunda crisis y ostracismo en los que quedaron sumidos la nación y su pueblo. Por Julio Fernandez.
Paralelamente, vale destacar con total humildad, que nuestro Movimiento -en una proporción que podríamos calificar como nada desdeñable para sus años y número de militantes iniciales-, ha pasado a ser considerado por importantes sectores, una herramienta movilizadora y de alternativa, significante, en la construcción política y social de la nueva etapa que se abre.
Esta situación, creemos que ha sido posible, en primer lugar, por haber acertado en la estrategia política de priorizar nuestro desarrollo entre (y con) los sectores más necesitados, jóvenes y dinámicos de la sociedad; en segundo lugar, por haber atinado a desplegar una táctica electoral sumamente flexible dentro del marco del kirchnerismo y, finalmente, por haber podido ser consecuentes con la metodología de resolver colectivamente las decisiones tomadas, con autonomía política e independencia organizativa.
Si bien es cierto que los tres aspectos son importantes y están interrelacionados dialécticamente, corresponde detenernos un tanto en el último, sobre el que percibimos haber recibido la mayor cantidad de críticas y señalamientos de amigos, y de otros interesados, que no lo son tanto.
En tal sentido, debemos decir que no podemos obviar el alto rol que desempeñan los grandes medios de comunicación de masas en el desenvolvimiento de la vida pública del país y que tienden, generalmente, a "destacar" al dirigente y/o referente de turno de cada organización, buscando de aislarlo y quitarlo del entorno político al cuál se debe, para hacerlo maleable y funcional al juego de sus propios intereses mediáticos.
A esta lamentable y triste situación de quienes deberían comportase como verdaderos servidores públicos -pues de eso deberían ocuparse los medios-, también hay que sumarle la pretensión de cooptación y encandilamiento que despliegan algunos personeros desde los estamentos nacional, provincial y municipal del estado, que siguen dando por sentado que en este capitalismo vigente, todo es suceptible de ser comprado, vendido o alquilado, sin importarles con ello, si degradan, deterioran o envilecen la calidad institucional del país.
Por cierto que nadie está excento de pasar por esas situaciones como las que se describen -y nosotros no somos la excepción- pero tenemos claro que la propia realidad ha demostrado sobradamente en los últimos años, que aún desde el punto de vista del interés mezquino e individualista, personal o de grupo, esas opciones que se ofrecen son "pan para hoy y hambre para mañana" y que los Borocotó, solo duran lo que necesitan las interesadas circunstancias.
Por otro lado -y salvando las distancias-, las experiencias suicidas por las que pasó el FREPASO -abrazando a la UCR al fondo del abismo hasta el último momento del gobierno de la Alianza- o, la más vieja, aunque no por ello menos aleccionadora, del partido Intransigente, tironeado de la mano de Menem y Cafiero como si se tratara del juguete de un niño, son realidades de las que el conjunto del pueblo ha aprendido, y perduran en la memoria de todos nosotros como para no estar advertidos de promover o alentar cualquier aventura en la misma dirección.
En síntesis, podemos afirmar que nuestro significativo desenvolvimiento y desarrollo, estuvo fundado en las añoranzas del pueblo en la renovación de la dirigencia política y en la independencia y la autonomía con que pudimos y supimos desplegar nuestra propia táctica y estrategia organizacional, en el marco de una metodología de construcción colectiva y de un país saliendo del infierno de la mano de Néstor Kirchner.
Comunicación del Sur
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